La tecnología parece que cada día tiene más probabilidades de cambiar nuestra vida desde dentro de nuestro propio organismo que desde fuera.
Aparatos externos que monitorizan y ejercen acciones sobre nuestro organismo biológico, podrían quedar a un lado de lo que podrían ser dispositivos o pequeñas máquinas y aparatos que ejerzan las mismas funciones desde el interior del cuerpo o bien en combinación, es decir, fusionando cuerpo y máquina.
Los avances tecnológicos de los últimos años en multitud de campos y áreas de investigación propician la siguiente pregunta: ¿Cuánto tiempo falta para ver la fusión entre la tecnología y la biología, en todos nosotros como para acabar convertidos en cyborgs?
Muy pronto, al menos según estos pioneros de la robótica.
Jens Naumann se convirtió en la primera persona en recibir un sistema de visión artificial.

Los científicos insertaron el cerebro de una rata en una pequeña máquina tipo coche de juguete. El cerebro está en pleno control de los movimientos del coche, y es técnicamente el primer cyborg rata que existe.

Dick Cheney sigue vivo porque dispone de un dispositivo de asistencia ventricular mecánica que mantiene los latidos de su corazón.

Stelarc, un artista de performance, una vez permitió que los usuarios de Internet controlasen sus movimientos a través de estimuladores musculares electrónicos adheridos a su cuerpo.

Nigel Ackland disfruta del brazo cyborg más avanzado del planeta. Se puede controlar cada dedo al igual que en una mano humana normal, e incluso puede verter sin problemas un vaso de agua.

Kevin Warwick es un profesor de cibernética en la Universidad de Reading, que se instaló un chip en su brazo. Este chip le permite controlar luces, puertas, calentadores, e incluso otras computadoras.

Jesse Sullivan fue uno de los primeros cyborgs equipado con dos brazos robóticos que puede controlar con su mente. Aunque perdió sus brazos originales, sus nuevos brazos todavía le permiten sentir el frío y el calor.

Neil Harbisson es un artista que nació sin la capacidad de ver los colores. Después de ser equipado con un ojo electrónico especial que convierte los colores percibidos en notas musicales, él, en esencia puede oír los colores. Esto abre nuevas conexiones nerviosas en su cerebro.

Jerry Jalava perdió la punta de su dedo en un accidente de moto, pero el ingeniero informático decidió no dejar que esto obstaculice su trabajo. Él optó por instalar una unidad USB en su dedo.

Michael Chorost se volvió completamente sordo cuando tenía 30 años, pero en 2001, tenía un ordenador instalado en su cabeza y orejas que le permitieron escuchar sonidos nuevamente.

Si pudiera tener una parte del cuerpo robótica, me gustaría tener un sistema de telarañas automático para poder volar entre los edificios como hacía Spiderman. Si, creo que sería la mejor manera para evitar los atascos en la ciudad. Me lo pido.