A veces las circunstancias de la vida nos lleva a rodearnos de personas, que con el tiempo, nos damos cuenta de que son pocas las cosas que compartimos con ellos, más allá de quedar para tomar algo y salir de fiesta. Quizá no compartimos ideas, pensamientos, proyectos ni tenemos casi nada en común con ellos. En esos momentos es cuando uno se plantea cambiar de aires y buscar nuevos amigos.
Hasta aquí todo correcto. Pero más allá de eso, existen otros casos que son estudiados por analistas expertos en el comportamiento social de alrededor del mundo. En dichos casos, uno o una literalmente se avergüenza de las personas con las que sale por ahí. Personas raras que se comen las manos de sus amigos, hacen saludos extraños, ponen caras raras en las foros y bailan como un pato mareado.
Porque cuando tenían hambre se comían tu mano.

Porque en las fotos no parecías disfrutar del ambiente.

Porque siempre te encontrabas con el de la camisa gris.

Porque tus amigas te saludaban así al verte.

Porque a menudo hacían caras tan raras como estas.

Porque hacían gestos con las manos como estos.

Porque bailan así.

Porque intentaban ser los reyes de la pista y fallaban continuamente.

Porque siempre salían bien en las fotos.

Siempre…

Siempre bien, sin excepción.



Porque era muy emocionante quedar con ellos.

Los analistas independientes internacionales expertos en comportamiento social y yo, nos sentimos con el poder y la autoridad moral de decirte, que después de lo que hemos visto, hemos llegado a la conclusión unánime de que tomaste la decisión correcta.
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