Hoy en día cada vez menos gente sigue usando los libros reales, aquellos con tapas duras o blandas, de cuero o no, pero formados por páginas de papel y tinta.
Cada día aumenta más el número de personas que se acostumbra a leer en pantallas digitales brillantes. Uno de los motivos que dan lugar a este cambio es la facilidad con la que uno puede llevar montones de libros encima en un solo dispositivo, sin tener que carretear los libros físicamente. Aunque los ávidos lectores siguen queriendo tener sus libros favoritos cerca.
De acuerdo con un reciente descubrimiento de la Universidad de Leeds, así es como la gente llevaba consigo sus colecciones de libros en pleno siglo 17: usando estas pequeñas bibliotecas portátiles.
Desde el exterior parece simplemente un libro más grande de lo normal.
Pero al abrirlo aparecen tres estantes donde almacenar pequeños libros.
Este es uno de los cuatro que existen y data de 1617.
Es posible que se necesite un microscopio para leer estos pequeños libros, o al menos una lupa.
La cubierta interior muestra una ilustración adornada con arcos y columnas, así como un texto que muestra las categorías de cada estante.
En este caso las tres secciones son: teología, filosofía, historia y poesía.
Entre todas ellas, se encuentran obras de Séneca, Julio César, Cicerón, Ovidio, Virgilio, y Horacio.
Aquí vemos dos compañeros con casi 400 años de diferencia.
En realidad tampoco es que sea mucho más grande que un iPad, eso si, abulta un poco más.
El resto de versiones está alojadas en la Biblioteca Británica, la Biblioteca Huntington en California, y el Museo de Arte de Toledo en Ohio.
Cada uno de los 50 pequeños libros parecen estar en notables condiciones a pesar de que hayan pasado casi 400 años.
Fuente: dailymail
Al parecer y según el escudo de armas que aparece en esta mini-librería portátil, esta pudo pertenecer a los Maddens de Irlanda. Si te ha gustado lo que has visto compártelo haciendo clic en los botones que hay justo aquí debajo.