A las faldas de las enormes y magistrales montañas del Himalaya, un grupo conocido como los Gurung se juega la vida dos veces al año para conseguir llegar a unas de las colmenas de abejas más grandes del mundo y obtener de ellos una de las mieles más valoradas por el mercado.
No se trata de una miel cualquiera ni de unas abejas cualquiera, la Apis laboriosa es también una de las abejas más grandes que existen. En su fase adulta puede medir más de tres centímetros de largo y solo se encuentran en estas montañas del Himalaya a una altura de entre 2500 y 3000 metros por encima del nivel del mar.
La miel que se produce en estas colmenas es una de las mieles más codiciadas del mundo, debido a su efecto relajante y embriagante.
¡La altura a la que trabajan da pánico!
No llevan guantes, ni botas y apenas van cubiertos
Los paneles de miel son enormes
Igual que las abejas, de más de 3 centímetros
Los pequeños Gurung aprenden y ayudan como pueden
El humo hace que las abejas llenen su buche y no puedan doblarse para picar
Con estos palos consiguen ir rompiendo las colmenas
Primero se separan los paneles de la pared
Después se coloca una cesta debajo para recoger el panel
Y ya está el panel recogido
Aquí vemos a las abejas gigantes (Apis laboriosa)
Ya pueden probar lo que han recogido
Imagen después de un largo y duro día de trabajo para los Gurung
Reportaje de los fotógrafos Eric Tourneret y Eric Valli.
Lo que vemos en estas imágenes es una milenaria tradición, que los Gurung transmiten de generación en generación. Es un trabajo peligroso conseguir un poco de miel, pero los cazadores de miel del Himalaya realizan este proceso dos veces al año.
Comparte este duro y peligroso trabajo de un grupo de personas que se arriesgan su salud para poder ganarse la vida.