Cuando a un hogar llega un bebé, los perros, además de curiosidad sienten pasión por ellos. No pueden evitar cuidarlos y pasar el rato con ellos. Sienten mucha curiosidad por los bebés humanos. Quizá en parte por qué ahora los humanos adultos también prestan más atención al bebe que a ellos, aunque tener un nuevo amigo también tiene su peso.
Sea cómo fuere, a los perros les encanta jugar con los bebés y hacerlos reír. Basta que un bebé empiece a reír por que el perro ha hecho alguna cosa divertida, para que el perro no pare de repetirla con la intención de hacer reír al pequeño ser humano. Si no, mira cómo se divierten este bebé humano y su Bulldog francés.

Después de ver esto creo que podemos afirmar que los perros no experimentan esa sensación de mareo que sentimos los humanos al dar varias vueltas sobre nosotros mismos. Ya que si yo fuera el perro, mi cerebro estaría dando vueltas a una velocidad vertiginosa.