Cualquiera puede ser vago, sólo se necesita cansancio permanente, flojera y encontrar a alguien que lo haga por nosotros y que por ende, nos permita ser vagos. Pero cosa muy distinta es ser un vago semiprofesional. Esta especie humana es capaz de cualquier cosa por ahorrar estirar el brazo, levantar el mínimo peso o doblar demasiado la espalda.
El vago semiprofesional en realidad es un inventor nato. Estas personas antes de realizar cualquier esfuerzo analizan la situación con delicadeza. Primero identifican el problema, que suele ser hacer el mínimo esfuerzo, lugo buscan las mil y una formas de intentar cumplir el objetivo sin realizar el esfuerzo. Esto puede parecer sencillo, pero conseguirlo sólo está al abasto de los vagos semiprofesionales.
Ellos y ellas lo consiguieron, superaron la prueba, consiguieron su objetivo con el mínimo esfuerzo y ahora pueden disfrutar de su medalla de vagos semiprofesionales. Merecen su reconocimiento.
Una forma ingeniosa de cansarte los brazos para ver vídeos desde el móvil.

Un cortador de césped automático.

Chica semiprofesional se pinta sólo las uñas necesarias.

Este guardia de seguridad.

Un árbol de Navidad para personas vagas.

Estudiante universitario aumentando su nivel de vagancia.

Un buen pastel de cumpleaños.

El que actualizó la hora de este reloj.

Un padre que encontró un forma tranquila de impulsar a su hija en el columpio.

Este individuo ingenioso.

Este hombre que encontró la forma menos cansada de pasear al perro.

Este chico, para el que mover sus labios, es esfuerzo suficiente.

Este usuario de tablet.

Este gamer semiprofesional.

El chico que prefería no separar su espalda del sofá.

La verdad es que no es tarea sencilla convertirse en un vago semiprofesional, se necesita dedicación, pasión, capacidad para soportar el estrés y sobretodo ingenio, mucho ingenio.
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