Por las calles del mundo, uno puede encontrarse toda clase de vendedores ambulantes. Algunos de ellos tan sólo quieren vender comida, mientras que otros además de la comida quieren ofrecer espectáculo y entretenerse en el proceso de compra.
Eso si, seamos sinceros, también debemos decir que en algunos lugares la calidad de la comida que ofrecen algunos vendedores puede ser como lanzar una moneda al aire. Tanto te puede tocar cara, como te puede tocar cruz.
Este vendedor ambulante tiene algo único que le hace diferente del resto de vendedores. De hecho, me atrevería a decir que lo que hace es más de artista que de vendedor ambulante. Mira de lo que es capaz este vendedor de mangos. ¡Ahora quiero uno!

Fuente: youtube
¡Es una pena que la gente se coma eso! Son tan bonitos… Aunque en uno de esos días calurosos de verano creo que se me quitarían las tonterías de la cabeza y me lo comería sin pensármelo. De todos modos si lo guardara para decorar mi casa, acabaría pudiéndose, así que mejor hincarle el diente, por bonito que sea.